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Nuestro objetivo de estabilidad de precios y la revisión de la estrategia

Nuestra función es mantener los precios estables. La economía ha cambiado mucho desde la última vez que revisamos nuestra estrategia, en 2003. Queremos asegurarnos de que nuestro objetivo de estabilidad de precios sea claro, predecible y fácilmente entendible en este entorno económico cambiante. Por este motivo, el Consejo de Gobierno ha acordado un objetivo de inflación del 2 % a medio plazo.

¿Por qué el objetivo de estabilidad de precios ha formado parte de la revisión de nuestra estrategia?

La estabilidad de precios es buena para la economía

A todos nos preocupan los precios de lo que compramos, especialmente si varían mucho o de una manera impredecible. Nuestra economía funciona mejor cuando los precios se mantienen estables en general, pues el dinero conserva su valor, y las personas y las empresas pueden planificar mejor sus gastos e inversiones. De esta forma, la economía crece y genera, a su vez, empleo y prosperidad.

Nuestra función es mantener la estabilidad de precios

Para ello aseguramos que la inflación —la tasa de variación de los precios generales de los bienes y servicios a lo largo del tiempo— sea baja, estable y predecible.

¿Por qué hemos revisado nuestro objetivo?

Un entorno económico nuevo...

El entorno económico actual es muy diferente del que había en 2003. En lugar de impedir que la inflación suba a un nivel demasiado alto, ahora tenemos que evitar que descienda a un nivel demasiado bajo. La caída de la inflación en los últimos años tiene muchas explicaciones que están relacionadas con cambios en el funcionamiento de nuestras economías, que no siempre están bajo el control de los bancos centrales.

... requiere un nuevo objetivo de inflación

Tenemos claro que estabilidad de precios significa evitar una inflación excesivamente elevada o excesivamente reducida. Por este motivo, nuestro objetivo es lograr una tasa de inflación del 2 % a medio plazo. Nuestro compromiso con este objetivo de inflación es simétrico: consideramos que una inflación demasiado baja es tan negativa como una inflación demasiado alta. Ambas son igual de indeseables.

¿Por qué es mala una tasa de inflación demasiado baja?

Una inflación excesivamente baja no es tan buena como pudieras pensar

Las subidas de los precios deben ser lo suficientemente pequeñas como para no crear los problemas que una inflación alta acarrea para las personas y las empresas, pero lo suficientemente elevadas como para evitar los escenarios adversos que podrían surgir si la inflación cae a un nivel demasiado bajo. Una inflación demasiado reducida suele hacer que las personas gasten menos en bienes y servicios, que las empresas sean menos prósperas y que los trabajadores reciban menores subidas salariales.

El riesgo de deflación

Cuando la economía se contrae, la inflación tiende a disminuir. Pero si ya se encuentra en un nivel excesivamente bajo cuando se produce la recesión, podría empezar a caer por debajo de cero. Si los precios se reducen de forma continua y generalizada —fenómeno conocido como «deflación»—, se genera un círculo vicioso para la economía. Por ejemplo, si todos esperamos que los precios caigan, tenderemos a aplazar nuestras compras hoy para aprovechar precios más bajos mañana. Y si todos hiciéramos lo mismo, la economía podría estancarse. Con un objetivo de inflación del 2 % a medio plazo podemos crear un colchón de seguridad para evitar este escenario.

Nuestro objetivo de inflación tiene que ser fácilmente entendible

Un objetivo de inflación claro puede influir mejor en las expectativas

Una inflación demasiado baja durante demasiado tiempo puede influir en las expectativas de las personas acerca de la evolución de los precios en el futuro. Si los empresarios y los consumidores se acostumbran a una inflación muy reducida, esperarán que permanezca en ese nivel. Estas expectativas son importantes, pues son la base de las decisiones de gasto, endeudamiento e inversión de las personas.

En consecuencia, nuestro objetivo de inflación tiene que ser claro, predecible y fácilmente entendible. Ayuda a las personas a esperar que los precios varíen en el futuro en torno al nivel que nos hemos marcado como objetivo, lo que, a su vez, nos ayuda a mantener los precios estables.

Si estas expectativas se alejaran mucho de nuestro objetivo, nos resultaría muy difícil reencauzar el curso efectivo de los precios en la economía hacia ese objetivo. Manteniendo la inflación en un nivel próximo a nuestro objetivo, podemos contribuir a evitar que las personas se formen dichas expectativas.

REVISIÓN DE LA ESTRATEGIA
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